viernes, 28 de septiembre de 2012

without you..


¿Tanto te cuesta darte cuenta de que estoy enamorada de ti? Joder, que te echo de menos, que te has llevado una parte de mí, que sin ti no soy yo, que necesito tus buenos días, tus “buenas noches enana”, lo necesito todo de ti. Necesito pasar cada día 21 contigo, además de todos los demás, necesito sentirte cerca, a mi lado, saber que estás conmigo, que no te has ido y que no tienes intención de hacerlo. Necesito poder decirte un “te quiero” con la total seguridad de que me responderás con un “yo mucho más”, necesito no tener miedo de volver a perderte una vez más, necesito ser la única en tu vida, la más especial, la persona en la que pienses cuando le digas a tus amigos “es ella”. Necesito quererte, demostrarte todos los días de mi vida que estoy contigo, a tu lado y que nunca te voy a soltar, por muchos problemas que se planteen; porque a tu lado todo era más fácil, más feliz, más increíble, más perfecto. Necesito sonreír como tú lo conseguías, necesito que el principal motivo de mi sonrisa seas tú y que mi felicidad lleve tu nombre. Necesito pasarme una tarde de lluvia abrazada a ti, en tu sofá, en mi cama o en un callejón, mientras sea contigo me es suficiente. Necesito saber de ti, te necesito en mi vida.

domingo, 23 de septiembre de 2012


Es acabar de besarte y tener siempre la misma sensación que me calma y a la vez me desespera. La sensación de saber que vas a volver, que no va a ser el último beso, si no que nos quedan muchos más, más risas que compartir, más piques, más conversaciones hasta las tantas, más culebrones sin sentido. Y por un lado me tranquiliza el saber que no te he perdido, pero por otro me altera, me altera no ser capaz de evitar que estemos separados durante un tiempo, no ser capaz de separar el orgullo de nosotros, de dejar las tonterías a un lado, de hablar claro y admitir que por mucho que aparentemos odiarnos, en realidad estamos deseando comernos a besos, gastar los vales , los minutos y las horas en la cama, escondidos cada uno debajo del otro cuerpo pero sin dejar de perder la sonrisa, la única que tú consigues sacarme. Pero al parecer es más fácil fingir odiarnos, mientras deseamos querernos; dormir separados, queriendo soñar juntos… hasta que llegue un día y me cambie esa sensación y llegue el momento en el que me toque asumir, que nuestras vidas se han separado, para siempre.