Pero a lo largo de una noche sin dormir, como acabo de pasar, he comprendido que los sueños son traidores, porque a veces te anestesian y, al despertar de ellos, todo vuelve a ser como era antes. Hay muchas cosas que no cambian, aunque el amor, siempre él, las haga más llevaderas. Te estarás preguntando a que viene esto, que pasa, pero por mucho que escriba y escriba, no lo entenderás. Casi ni lo entiendo yo mismo.
Hay una verdad: te quiero. Me he enamorado de ti. No era mi intención, pero ha sucedido. Verte fue sentirme atraído por ti, y conocerte, desear dártelo todo. Sin embargo, no es tan sencillo y no quiero hacerte daño. Ya te lo han hecho antes, así que es mejor no seguir con esto. También a mi me han hecho mucho daño y tengo heridas invisibles en el alma. Soy un cobarde, lo reconozco. Pero no puedo decirte más. La culpa es mía y solo mía. Tenía que haberme ido antes, sin llegar a esto. Eres especial y mereces toda la felicidad que, estoy seguro, no tardarás en encontrar. Yo, probablemente no conoceré ya a nadie como tú. Supongo que lo tendré merecido, por jugar con el destino. Gracias por darme una esperanza. Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario